A TÚQUERRES (Zamba)
Letra y música: Eduardo Rosero Pantoja
A la matrona tuquerreña, Mercedes González Rosero
¿Por qué cantarle a mi pueblo?
me lo pregunto yo siempre,
y me respondo muy fácil:
por los motivos que tengo.
Por ese gallo que canta,
en la mañana temprano,
por el gorrión que revuela,
en los jardines de grana.
Por esa mirla azabache
con sus paticas de gualda,
que nos regala su canto
en las primeras del alba.
Por su pasado aborigen
y por Takes, su cacique,
por su mayo comunero
de hace dos siglos y pico.
Por su parque dedicado
al genial Liberador,
y por tenerle una placa
a Rodríguez, don Simón.
Por su revuelta de abril,
del año sesenta y dos,
del Siglo Veinte de luchas,
por una vida mejor.
Por el que labra los campos
y todo aquel que trabaja,
en la oficina o la granja,
va para ellos mi canto.
Por el ciclista Atapuma,
de la vereda Esnambud,
que ha dado brillo a la patria
y ejemplo a la juventud.
Por la Michita del alma,
esa matrona del pueblo,
que le da nombre a la raza
con su sapiencia y denuedo.
Por el doctor Mora Osejo,
ese botánico puro,
conocedor de los páramos
y de mil plantas del mundo.
Voy por Aníbal Micolta,
ese poeta epónimo,
cuyos poemas recitan
hasta en liceos patagónicos.
Y por los vivos y muertos
va este mis canto sencillo
que le compuse a mi pueblo
con el más grande cariño.
*****
A la matrona tuquerreña, Mercedes González Rosero
¿Por qué cantarle a mi pueblo?
me lo pregunto yo siempre,
y me respondo muy fácil:
por los motivos que tengo.
Por ese gallo que canta,
en la mañana temprano,
por el gorrión que revuela,
en los jardines de grana.
Por esa mirla azabache
con sus paticas de gualda,
que nos regala su canto
en las primeras del alba.
Por su pasado aborigen
y por Takes, su cacique,
por su mayo comunero
de hace dos siglos y pico.
Por su parque dedicado
al genial Liberador,
y por tenerle una placa
a Rodríguez, don Simón.
Por su revuelta de abril,
del año sesenta y dos,
del Siglo Veinte de luchas,
por una vida mejor.
Por el que labra los campos
y todo aquel que trabaja,
en la oficina o la granja,
va para ellos mi canto.
Por el ciclista Atapuma,
de la vereda Esnambud,
que ha dado brillo a la patria
y ejemplo a la juventud.
Por la Michita del alma,
esa matrona del pueblo,
que le da nombre a la raza
con su sapiencia y denuedo.
Por el doctor Mora Osejo,
ese botánico puro,
conocedor de los páramos
y de mil plantas del mundo.
Voy por Aníbal Micolta,
ese poeta epónimo,
cuyos poemas recitan
hasta en liceos patagónicos.
Y por los vivos y muertos
va este mis canto sencillo
que le compuse a mi pueblo
con el más grande cariño.
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