ELLOS NO ESTABAN DORMIDOS (Salsa)
Letra y música: Eduardo Rosero Pantoja
(Inspirado en los motivos de Lucy Amparo Bastidas Passos)
“Me gustan los estudiantes/que rugen como los vientos…” (Violeta Parra)
Ellos no estaban dormidos,
ellos estaban soñando,
se habían tomado su tiempo,
despertaron cual gigantes.
Ellos entienden la vida,
de otro modo al de nosotros,
ellos regalan abrazos,
besos, caricias y flores.
Les preocupa su país
y la gran desigualdad
y el cansancio que nos causan
siglos ya de indignidad.
Son sus marchas, blanca paz,
lejos ya del pedregal,
como las que hizo Gaitán
ante otro capataz.
Pero tienen decisión,
compromiso y buen sentido,
y le ponen corazón,
sin sentir ningún culillo.
Y se visten de ciudad,
se encapuchan y se pintan,
se desnudan sin maldad,
y se ajuntan bien el cinto.
Por tener la gratuidad,
y también la calidad,
para su universidad
y que sea a perpetuidad.
Y combinan la belleza,
de la música y las artes,
con mensajes excelentes,
de por sí originales.
Y se mira en el espejo
la Colombia adolorida,
en los jóvenes de hogaño
que reclaman mejor vida.
Y se lee en las viviendas
de los pobres y los ricos
“esta casa está apoyando
en su lucha a nuestros hijos”.
Y decimos convencidos
ya los padres a los hijos
no queremos heredarles
un país de oprimidos.
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(Inspirado en los motivos de Lucy Amparo Bastidas Passos)
“Me gustan los estudiantes/que rugen como los vientos…” (Violeta Parra)
Ellos no estaban dormidos,
ellos estaban soñando,
se habían tomado su tiempo,
despertaron cual gigantes.
Ellos entienden la vida,
de otro modo al de nosotros,
ellos regalan abrazos,
besos, caricias y flores.
Les preocupa su país
y la gran desigualdad
y el cansancio que nos causan
siglos ya de indignidad.
Son sus marchas, blanca paz,
lejos ya del pedregal,
como las que hizo Gaitán
ante otro capataz.
Pero tienen decisión,
compromiso y buen sentido,
y le ponen corazón,
sin sentir ningún culillo.
Y se visten de ciudad,
se encapuchan y se pintan,
se desnudan sin maldad,
y se ajuntan bien el cinto.
Por tener la gratuidad,
y también la calidad,
para su universidad
y que sea a perpetuidad.
Y combinan la belleza,
de la música y las artes,
con mensajes excelentes,
de por sí originales.
Y se mira en el espejo
la Colombia adolorida,
en los jóvenes de hogaño
que reclaman mejor vida.
Y se lee en las viviendas
de los pobres y los ricos
“esta casa está apoyando
en su lucha a nuestros hijos”.
Y decimos convencidos
ya los padres a los hijos
no queremos heredarles
un país de oprimidos.
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