AL AMANECER

Por: Eduardo Rosero Pantoja

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Al amanecer,

se dejan oír,

las aves del monte,

en patio y jardín.

Cantan en el árbol,

se oye su clarín,

en tu propio alar

y sobre el pretil.

Revuelan aquí,

revuelan allá,

avecillas locas,

de bello cantar.

A veces se chocan,

entre tanto azar

y aunque quedan muertas,

no se oye llorar.

Es que la Natura,

siempre se renueva,

le importa el que vive

y no el que se muere.

Avecillas raudas,

que cruzan los cielos,

llevan a la gente,

alegría perenne.

Todas las mañanas,

al rayar el día,

para que despierte,

sin melancolía.

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