HIJA MÍA: NO RECES TANTO (Balada)

A mi hija Magdalena

Hija mía:
no reces tanto,
que, a lo mejor,
no hay otra vida;
yo te lo ruego,
piénsalo un tanto,
no sea que,
cuando mueras,
pases enorme chasco.

Gasta tu tiempo
en ser más buena,
más solidaria
con tus hermanas,
con tus vecinas,
con tus amigas,
que no han rezado
nunca un rosario.

Tus dios y otros,
son importados
del Medio Oriente,
tú lo has notado,
y, como dioses,
son inventados
por unos hombres
interesados.
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