A DON ANTONIO NARIÑO (Gavota)
Letra y música: Eduardo Rosero Pantoja
“Amé a mi patria, ¿cuánto fue ese amor?, algún día lo dirá la historia.
No tengo nada que dejaros: a mis hijos le dejo de mis recuerdos y a mi patria mis cenizas “. (Antonio Nariño)
Don Antonio Nariño, de Bogotá,
nos abrió el camino a la libertad;
por su entrega a la causa de los demás,
hoy le rinde honores la humanidad.
De nuestra independencia, el precursor,
valeroso y sabio, hombre ejemplar,
quien al pueblo le dio a conocer
los Derechos Humanos, sin titubear.
El derecho a ser libres, sin otra opción,
con patria soberana, sembrando el bien,
donde el pueblo se de su propia ley,
que favorezca por siempre a la nación.
Con usted nunca pudo el chapetón,
quien lo mantuvo atado en cruel prisión,
ni tampoco el actuar del cobardón,
quien nunca da la cara por su acción.
¿Qué pensaría usted de su país
con todo lo que pasa por aquí?
esclavos nuevamente y, sin perdón,
por dejar sojuzgar a la nación.
Del español fanático y hampón,
del gringo atracador y bravucón;
que dirá usted en su tumba del dolor,
de tener una patria sin honor.
Pero no se preocupe, hoy por hoy,
don Antonio: si viene el invasor,
sus hijos lo echarán al bravo mar
en pos de su de segunda libertad.
*****
“Amé a mi patria, ¿cuánto fue ese amor?, algún día lo dirá la historia.
No tengo nada que dejaros: a mis hijos le dejo de mis recuerdos y a mi patria mis cenizas “. (Antonio Nariño)
Don Antonio Nariño, de Bogotá,
nos abrió el camino a la libertad;
por su entrega a la causa de los demás,
hoy le rinde honores la humanidad.
De nuestra independencia, el precursor,
valeroso y sabio, hombre ejemplar,
quien al pueblo le dio a conocer
los Derechos Humanos, sin titubear.
El derecho a ser libres, sin otra opción,
con patria soberana, sembrando el bien,
donde el pueblo se de su propia ley,
que favorezca por siempre a la nación.
Con usted nunca pudo el chapetón,
quien lo mantuvo atado en cruel prisión,
ni tampoco el actuar del cobardón,
quien nunca da la cara por su acción.
¿Qué pensaría usted de su país
con todo lo que pasa por aquí?
esclavos nuevamente y, sin perdón,
por dejar sojuzgar a la nación.
Del español fanático y hampón,
del gringo atracador y bravucón;
que dirá usted en su tumba del dolor,
de tener una patria sin honor.
Pero no se preocupe, hoy por hoy,
don Antonio: si viene el invasor,
sus hijos lo echarán al bravo mar
en pos de su de segunda libertad.
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