COPLAS DE UN CITADINO (Pasaje)
Letra
y música: Eduardo Rosero Pantoja
Me
quedo a dormir ahora
y, en adelante,
en mi patria
donde
me canten los gallos
de
madrugada a las cuatro.
Y puede
ser a la
una,
ahora
que todo ha cambiado,
al llegar
la luz eléctrica
al rincón
más alejado.
En
las aldeas de Colombia
se
necesitan más gallos,
que
reemplacen estallidos
de
los continuos disparos.
Hace
más de cincuenta años,
al
verde propio del campo,
se
le coló el verde olivo
que
luce el uniformado.
Al ocurrir ese absurdo
hay
alerta entre las aves
y
desde entonces no cantan
su
canción de la mañana.
Por
ambición de unos pocos
se cortó
la serenata,
que
cantaban tiernas mirlas
en
campiñas colombianas.
Los
señores del gobierno
obedecen a
sus amos
colectores del
dinero
que
produce mano esclava.
El
humilde campesino
sólo
sabe de trabajo,
nadie
le nombra el derecho
que
tiene él al descanso.
Todos
los días son iguales
para
la gente del campo,
que
entrega su vida entera
a
producir tanto y tanto.
Es
impagable la deuda
que
tienen los citadinos
por
sin igual sacrificio
de
mi pueblo campesino.
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https://www.youtube.com/watch?v=Q6PIBbWEs3c
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