VENGO DE BEBERME EL VERDE


Por: Eduardo Rosero Pantoja
                                   A la memoria de mi tío Eladio Rosero Leyton

Vengo de beberme el verde viviente,
a pequeños sorbos, por valles y cerros,
por abismos de miedo del Cañón del Guáitara,
do  un  día  muriera  un  tío  camionero;
por  salvar  su  carro  se  cayó  al  vacío
y fue a reventarse en las piedras del río.

Por generaciones los Pastos cruzaron
el  río  impetuoso,  sobre  andariveles,
y ellos se encontraban con los killasingas
para  intercambiar  frutos  y  tejidos.

El verde del prado, color de esmeralda,
y el gualda del oro, no fueron regalos
caídos  del  cielo  “obra  del  Altísimo”,
fueron la conquista de viejos ancestros
legada, por siempre,  para el pueblo nuestro.
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