EN VÍSPERAS DE BRUJITAS
(31
de octubre, para mí, el día más importante del año por la ilusión que trae)
Por:
Eduardo Rosero Pantoja
A los trasgos o espíritus traviesos de los alrededores
de Túquerres (Takes-res)
En vísperas de brujitas
me embriagan más los recuerdos:
Turumamas y Chutunes,
Patasolas y Los Duendes.
Camino hacia Yascual
me salieron los tres duendes,
que pinté con acuarelas,
de color azul y verde.
Empecé mi recorrido,
en el Bajo Tengüetán,
pronto estuve ya en Nangán,
Esnambud y, al fin, Yascual.
Pero un día a la media noche,
al pasar por la quebrada,
me ha salido un duende pardo,
yo pensé: ¡una inocentada¡
Era un duende careniño,
cubierto de hojas y ramas,
con los pies casi invertidos,
la sonrisa entre los labios.
Me dio miedo de acercarme
y sentí un temblor intenso,
mas no pude controlarme
y me hundí yo monte adentro.
En un claro de ese bosque,
me sentí ya más tranquilo
y me
hice la promesa
de no andar de noche jincho.
El asunto es que los duendes,
sirven de control del monte,
pa´ que no anden los borrachos
en locuras ni en trasnoche.
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