A LOS CERROS DE BOGOTÁ
Letra
y música: Eduardo Rosero Pantoja
A Consuelo Rodríguez, habitante de La Candelaria y
gran gestora de la cultura,
quien sufre permanente por la suerte de los cerros
bogotanos
Cerros
hermosos de Bogotá,
de
frailejones verdes y
suaves,
tienen sus bosques musgos y líquenes,
fuentes de agua que cantan himnos.
Cuna de aves
y mariposas,
entre encenillos y rodamontes,
los arrayanes y sietecueros,
todos albergan vida y ensueño.
Al pie del cerro vive un burrito,
se llama Roble, es el más fuerte,
es burro noble, como su dueño,
un hombre humilde, de nombre Pedro.
Cerros altivos que ya no tienen
su nombre antiguo, desde hace tiempo,
lo remplazaron por cualquier nombre
los españoles, maldad de hombres.
Nadie se acuerda de los rituales
que hacían los indios en esos cerros
y ya
no queda memoria alguna
que esté grabada sobre una piedra.
Pero aún queda mucha belleza
que bien debemos siempre admirarla,
pero lo urgente es conservarla
como reliquia y no arrasarla.
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