ESA PRIMERA MIRADA (Tango)

Letra y música: Eduardo Rosero Pantoja
(Según los motivos de Juan Cendales)

Los hispanos nos miraron
con malos ojos, de entrada,
con el hambre y la codicia,
con lujuria y avaricia.

Como obispo pederasta
mira a un niño abandonado,
como regalo divino
que el demonio ha despreciado.

Nunca fuimos muy bien vistos,
desde la prima mirada,
la que marca derroteros
en amores y en la magia.

La mirada del tal Triana,
cuyo nombre fue Rodrigo,
fue torcida y sanguínea
por ser él un corrompido.

Hombrecillo contrahecho,
de mirada tuerta y cansa,
sin bañarse ya dos meses,
sucio el cuerpo y sucia el alma.

Recagado por los piojos,
con aliento de una hiena,
con su barba bien salvaje
y de costras todo lleno.

Y miraron los hispanos
el verdor de la Natura,
el primor de las palmeras,
de las indias su hermosura.

Y pusieron esos tipos
su mirada bien rijosa,
en los pechos descubiertos
de las indias tan preciosas.

Esos hombres delincuentes,
con su risa bien grotesca,
se acercaron a las indias,
a sus carnes, sin protesta.


Pronto fueron por el oro,
esmeraldas y otras piedras,
saqueadores de riquezas
desde entonces y de siempre.

A quinientos y más años,
ahora vienen por metales,
por petróleo y por el agua,
por el resto que ha quedado.

La mirada del hispano
sigue siendo un mal agüero
que ahora huele a reconquista
en Colombia y en América.
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