LA EMBÉRA (Balada)

Letra: Armando Orozco
Música: Eduardo Rosero Pantoja
Adaptación del texto de la letra: Eduardo Rosero Pantoja

¡Qué alguien detenga al asesino! (Armando Orozco)

Todos los días paso por la acera
y Dios no está aquí, sólo la embera;
como si no estuviera la atropellan,
es un ser invisible, una maleza.

Ya no tiene bosques, río, ni peces,
todo lo ha perdido y no se queja,
nunca dice ¡Por Dios! ¡Una moneda!
ni sabe que Él existe, ella es embera.

Nunca supo de nación ni del Estado,
nunca oyó de Colón ni de sus naves,
sólo recuerda bien las aguas blancas
que bajan de la cima hasta el río Atrato.

No ha visto el vino rojo de la Europa,
pero ha visto la sangre en propia ropa,
ella no sabe nada de las artes,
sólo conoce el hambre en las ciudades.

Ella no tiene horario en los andenes
pero padece el hambre y la miseria;
la indiecita, un día, perdió a su hijo,
se lo quitó la guerra y perdió el juicio.

Luego vino la noche de los truhanes,
que con metralla ciega la acabaron,
esto vio el poeta horrorizado
y los matones raudos se esfumaron.

¡Qué alguien detenga ya al asesino!
atinó a decir con grito herido,
nadie escuchó la voz de aquel poeta,
nadie supo la muerte de la embera.
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