BIENVENIDA A ESTA CASA
Por: Eduardo Rosero Pantoja
Para mi hija Ariadna,
en recuerdo de su visita a Bogotá el 5 de octubre de 2020
Bienvenida a esta casa,
donde el sol ardiente abraza,
donde crecen varias matas,
cuyo verde es cosa grata.
La oración de la mañana,
es al sol, tras la montaña,
la plegaria a la luna,
es la prez más ovejuna.
De ponerse a descansar
y a soñar con las estrellas,
que se caen en fragmentos,
sobre el ancho de la hierba.
El ritual es muy sencillo,
de esta casa-apartamento,
levantarse a trabajar
y tomar el alimento.
Nos tomamos todo el aire,
porque abrimos las ventanas,
practicamos las costumbres,
de abuelas y de nanas.
Nos queremos en pareja,
y estimamos a la gente,
que merezca el respeto,
incluida la insurgente.
Insurgente que no mate,
ni tampoco cause heridas,
a incontables semejantes,
que son gente muy sufrida.
Bienvenida a nuestra casa,
Ariadnita, desde ahora,
ya te estamos esperando
en la puerta con la torta.
Hace falta el remedio,
de la risa y comentarios,
de los chismes, los más frescos,
que en encuentros nos has dado.
Los que curan de los males,
del cansancio y los achaques,
que se dan en toda edad:
de la vida son los gajes.
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