LA MINGA DEL CAUCA

Por: Eduardo Rosero Pantoja

A los pueblos nativos del Cauca, ejemplo de valor y sabiduría

Advertencia: “Bobo toreado, mata a su mamá” (Dicho orteguno)

La Minga salió del Cauca

y llegó a la capital,

aplaudida fue a su paso,

por el pueblo, sin parar.

Cali, Armenia, Ibagué,

también Fusagasugá,

les dieron buena acogida,

como hermanos de verdad.

Caminando la palabra,

recorriendo los caminos,

llevando de compañía,

sus familias y sus niños.

Bogotá se puso alegre,

sacaba a los balcones,

banderas del arco iris,

de la villa y de Colombia.

Llegaron miles de indígenas,

vestidos de la esperanza,

color de verdes montañas,

parecidas a esmeraldas.

Los indígenas trajeron,

un mensaje que es de paz,

a pesar de que los matan,

y persiguen, sin cesar.

La alcaldesa recibiólos,

mostrando su don de gentes,

y expuso la mezquindad,

de arrogante presidente.

Quien se marchó para Pasto,

a inaugurar unas obras,

que resultaron pretexto,

una grosera maniobra.

Le esperaba un juicio a Duque,

por parte de los nativos,

que aunque iba a ser simbólico,

le preocupaba muchísimo.

“Cobarde como gallina”,

dijeron unos guambianos,

lo dijeron en su lengua

y también en castellano.

Le hicieron un juicio justo,

su silla estaba vacía,

como ha estado su cabeza,

desde siempre, noche y día.

Por incumplir sus promesas,

por no cumplir el mandato,

empollando águilas negras

y jamás palomas blancas.

Necesaria la visita,

de estos huéspedes del Cauca:

ahora sabemos que existen,

en esas tierras lejanas.

Donde tejen bellas mantas

y cultivan su parcela,

que les brinda el sustento

y a todos nos alimenta.

Donde a diario se reúnen

y dialogan de la vida,

que es difícil para ellos,

mas no viven afligidos.

En la Plaza de Bolívar,

ondea hermosa la Wipala,

sus colores dan los tintes,

de un histórico mañana.

Esa Minga es cultura,

ancestral, de la caucana

y será ya, por ventura,

una Minga colombiana.

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